La Fundación Emanuel Esperanza Rumana fue creada hace veinte años con el objetivo de brindar un futuro mejor y el calor de un hogar a niños y niñas provenientes de familias desestructuradas y en contextos de pobreza y vulnerabilidad social.

Nuestra fundación brinda a los niños un hogar donde son cuidados, respetados y amados. Su educación es nuestro principal reto, pues entendemos que el mayor resultado de desarrollo que puede alanzar un proyecto social es la educación de sus beneficiarios. Una sociedad educada es una sociedad preparada para el amor y la vida  A partir de entonces,  hemos inciado un camino de crecimiento juntos a ellas y ellos para transformarlos en hombres y mujeres de bien y formándolos para enfrentar el futuro a partir del amor, la protección y el respeto. En nuestra Fundación trabajamos por los niños y niñas para sacarlos de la situación de exclusion social en la cual los y las hemos recibido y enseñarles nuevas pautas de comportamiento que rompan la cadena generacional de la violencia presente en nuestra sociedad​

Los origenes de nuestra Fundación se remontan a 1989 cuando Marvin Lane vino a Rumania y quedó impactado al ver la compleja situacion de vulnerabilidad de la infancia y la falta de recursos institucionales para hacer frente a la pobreza y a la exclusion. Fue por ello que decidión poner en marcha un proyecto privado para contribuir al desarrollo social rumano contando con el apoyo de empresas a partir de su responsabilidad social corportiva y personas individuales de gran carozón que han sabido hacer propia nuestra mision fundacional.

En estos veinte años hemos acompañado en la construcción de un proyecto a vida a doscientos niños y niñas. Se trata de niños que fueron abandanonados por sus padres e invisibilizados por la sociedad que ignora el problema de la exclusion infantile para no enfrentarlo.

Cómo intervenimos

Si te interesa sumarte a nuestro compromiso con la infancia, te invitamos a que lo hagas. Tu ayuda, por minima que sea, será una gran contribución al future de estos niños.

         Nuestro mayor reto es devolver la enperanza a niños que la han perdido